CONVERSACIONES CON LA DIÁSPORA -Comencemos a escuchar a la Diáspora, por qué estoy seguro de que la Nación que ellos sueñan, aún existe.
Este pasado viernes estuvimos en Naples, Florida. Allí me senté a conversar con la supra enérgica Yudelka Barbera. La contadora quisqueyana que además de ser una exitosa profesional, también es la presidenta del Caucus Hispano del Partido Demócrata en Collier County y actual Secretaria General del Club Dominicano de Naples.
Su transcurrir y su conducta de inclusión y participación, siempre la ha llevado a posiciones de dirección. Tal es el caso actual en las responsabilidades con el Partido Demócrata, la cual nos indica que inició desde cero. “Entre ahí con el interés de participar y mira a donde ha llegado esto.”
Sonrojada nos dice que fue un orgullo recibir la llamada, confirmándole que además de los hispanos, los dominicanos debían verse representados en ella. “¿Tú te imaginas?”, añade. “¿El candidato a gobernador de uno de los más importantes Estados de la nación llamando a esta dominicanita?” Su humildad y entusiasmo comparten las emociones de su cara.
Esta líder regional nos cuenta de cómo es necesario, el servicio comunitario o voluntario en todo ciudadano. Ve como algo vital, el “transitar por el camino amplio de la vida profesional, familiar y personal y poder combinar factores relevantes en cada ser humano”. El servicio público es su misión de vida. Y esa es una ardua tarea, que está dispuesta a llevar como carga.
Yudy, como es conocida en su comunidad de la Ciudad de Naples, nos asegura que, “el haber dejado la isla muy niña, no te exenta de que te sientas de ella y la ames.” Ella confirma en cada sílaba, que sus logros son también logros de los dominicanos.
Son frases como esas, que identifica a muchos de la diáspora que fuimos traído como niños. Recuentos como el de ella nos inspira y asegura que «todo esfuerzo de superación en la vida y sobre todo en playas extranjeras, tiene finalmente su recompensa en la sociedad.»
Para cerrar, me reiteró que, a pesar de no visitar tanto la isla, está muy pendiente de lo que allí sucede. Y en su momento, dispone del deseo de algún día retirarse en ella.
Terminando nuestra conversación, le aseguré que la nación que ella sueña aún existe.
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