CONVERSACIONES CON LA DIÁSPORA -Comencemos a escuchar a la Diáspora, por qué estoy seguro de que la Nación que ellos sueñan, aún existe.
Tuvimos el gran honor de sentarnos frente a un profesional de la categoría del doctor Vicente Rodríguez, uno de los grandes líderes dominicanos del Sur de la Florida.
El doctor Vicente Rodríguez, quien tiene décadas viviendo en el Sur de la Florida, es además fundador de la Ciudad de Doral, de la cual ha sido vicepresidente del Comité de Desarrollo Económico de la misma y ha ocupado varias funciones honoríficas en acciones comunitarias. Sin embargo, no ha olvidado sus raíces y cuando le es llamado a trabajar a favor de su gente desde lo social o lo político, ahí está para servir.
Apenas comenzando el intercambio, me comunica que fue de la primera promoción de Medicina de INTEC. Pero la gran sorpresa me la llevé que, aunque en diferentes épocas, ambos asistimos a las mismas escuelas de intermedia y secundaria, Shenandoah y la mítica Miami Senior High. Que grata casualidad. Dos jóvenes de Miami, que nunca se han despegado de su tierra.
Seguida nuestra conversación, sentí que tanto el doctor como yo, estábamos agradecidos de las puertas que los cubanos nos abrieron y de cómo a pesar de ser dominicanos, somos el resultado de la pluri-cultura en la que se vive en el Sur de la Florida.
Conversando, Rodriguez me confiere sobre sus inicios aquí, los cuales no fueron muy diferentes a los demás, a pesar de ser profesional. Él también tuvo que superar esa etapa inicial de hacer de América, su casa.
“Este es un gran país. Pero hay que saber algo. Hay que prepararse. Todo inmigrante debe capacitarse y rehusar ser un improvisado.” Por ello siempre se ha visto como un facilitador de relaciones y recursos. Este pasado servidor del Consulado de la República Dominicana en Miami, nos confiesa que a la patria hay que servirle esté el partido que sea. Pero nunca excluirse de la politica. Pues en la vida, el que no busca la politica, termina por la politica buscándole.
Doctor Vicente Rodríguez, nos abrió las puertas de su hogar y conocer su amplio currículo profesional y comunitario. Sentimos un inmenso regocijo al ver cuántos hispanos, valiosos, capacitados y entregados, tenemos en nuestras comunidades, como usted.
Hoy, en este compatriota, pude conocer a un gran humanista y filántropo, apasionado por ayudar siempre a los demás y abrir puertas para que otros puedan hacer realidad sus aspiraciones.
Terminando nuestra conversación, le aseguré que la nación que él sueña aún existe.
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